El diseño tipográfico
Al disponernos a diseñar un sistema de signos tipográficos debemos pensar en un plan desarrollado previamente, rigiéndonos por algunos parámetros, analizando las pruebas y ajustando imperfecciones tantas veces como sea necesario, hasta lograr el resultado buscado. Para asegurarnos que la producción va encaminada, las pruebas obtenidas luego de las primeras operaciones practicadas deben analizarse en profundidad y sistemáticamente.
Es conveniente, además, realizar estudios comparativos entre familias para conocer diferentes formas de resolver problemas similares.
Para efectuar un análisis pormenorizado, se debe prestar atención a los siguientes aspectos: Familia: Informarse sobre el contexto del diseño original (en el caso de familias tipográficas preexistentes a los sistemas digitales) y el contexto de diseño de la versión analizada (en el caso de familias con varias versiones)
Estructura: Estudiar las proporciones de los componentes del signo, en particular la relación entre el ancho y el alto, los anchos de las mayúsculas, la relación entre alturas de mayúsculas, minúsculas, ascendentes y descendentes, la ubicación de la cintura de los signos. Analizar los parentescos estructurales entre mayúsculas, minúsculas y entre minúsculas y mayúsculas. Estudiar el tipo de curvas, su anatomía, la presencia de simetría y los grados de síntesis.
Trazo: Si el trazo es gradual, revisar el tipo de gradualidad (suave, intermedio, contrastado), la modulación (o ángulo de inclinación de la pluma), la proporción entre trazos finos y trazos gruesos. Si el trazo es uniforme, revisar la necesidad de correcciones ópticas.
Uniones: Estudiar los tipos de unión que presenta cada signo. Su anatomía, la altura a la que se producen las uniones y la existencia o no de correcciones de color tipográfico.
Remates: Estudiar la forma de los remates en los signos mayúsculos y minúsculos, los tipos de uniones al asta, el color tipográfico del serif, la similitud o diferencia de los remates según la estructura. Revisar los tipos de corte, las direcciones de los remates y la similitud o diferencia de cortes según la estructura.
Variables: Si el caso lo requiere, analizar parentescos y diferencias con la variable utilizada o ante la ausencia de variables, estudiar la posibilidad potencial de desarrollo de las mismas.
Espaciado: Como sabemos, el diseño de cada signo se compone tanto de la forma como de la contraforma. Al componer una palabra o un texto con un sistema de signos, el espaciado resultante forma parte de las características propias de ese sistema. Los espacios que separan palabras entre sí son signos que aunque no se imprimen, cumplen una función imprescindible en la lectura.
Ajustes: Después de analizar los elementos mencionados es posible que surjan aspectos específicos de la familia que escapen a este análisis, que también deben incluirse. También sucede que los mismos criterios aplicados a signos diferentes no dan siempre el mismo resultado. Una vez finalizado el estudio, se procederá a realizar los ajustes necesarios y a sucesivas verificaciones, hasta juzgar que el resultado obtenido se ajusta al criterio definido.
Lectura en distintos niveles: Sin entrar en un estudio pormenorizado de los aspectos relacionados con la lectura, será de utilidad tener presente las diferencias que existen entre lectura de signos tipográficos experimentales, lectura a distancia (textos cortos y grandes) y lectura de textos en obras largas (donde se necesita que la tipografía «desaparezca» para dejar el paso a la narración del autor)
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